miércoles, 26 de noviembre de 2008

Presentación




Mis recuerdos de niña tienen sabor, aroma y ubicación exacta: la cocina materna. Mi mamá preparando con paciencia las recetas de mi abuela, quien a la vez que hacía las de mi bisabuela, las escribía para que mi madre y yo las conserváramos y continuáramos teniendo el "sazón familiar". Mi identidad, herencia de un legado familiar, se materializa en el sabor de mi comida.
Considero que actualmente la comida rápida ha sustituido el lugar que tenía reservado la cocina tradicional, en pocos hogares de la capital se conserva la costumbre de comer platillos típicamente sonorenses. El ritmo acelerado de crecimiento poblacional, y las cada vez más grandes distancias que se tienen que recorrer, orilla a las personas a no tener tiempo para cocinar o comer en su hogar. La oferta de alimentos rápidos es abundante, se ofrecen alternativas prefabricadas (congelados) y establecimientos que cuentan con estrategias publicitarias masivas bastante efectivas en la población. Nadie queda exento, inclusive en mi hogar veo como la comida rápida ha ganado terreno.

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